En el
periodo que transcurre desde que la presentara su propuesta para reformar la
Política Agraria Común para 2014/2020, se han originado numerosos debates
puesto que la orientación de la PAC no se adapta a la realidad del sector
agrario, por tanto, se hace necesario consensuar entre todos los agentes una
relación de propuestas que canalice la reorientación de la propuesta actual. Dificultada porque excepcionalmente,
intervienen en la elaboración de la propuesta los parlamentarios europeos, es
por ello, por lo que será la primera vez que la elaboración de la reforma se
produzca por co-decisión, la participación del parlamento europeo, aumenta las
posibilidades de que se pueda modificar la propuesta de la Comisión.
Condicionada por la incorporación de los nuevos estados miembros y la crisis
actual.
Las
citadas enmiendas deben tener en cuenta cuales serán las disponibilidades
financieras para garantizar las necesidades alimentarias europeas, así como, a
cuanto asciende el volumen producción aportado a nivel mundial. El modelo de
agricultura propuesto, se apoya en una agricultura sostenible dirigida a una
agricultura verde, teniendo en cuenta la distribución presupuestaria entre los
EE.MM. pero obviando pilares importantes como una diversidad productiva o la
especulación en la formación de precios de productos que intervienen en la
cadena de producción contra lo cual, hay que dotar a las administraciones de
herramientas más eficaces para evitar y sancionar las prácticas abusivas
impuestas a la agricultura por los oligopolios de la distribución..
Así
pues teniendo en cuenta que la primera preocupación es el mantenimiento del
techo presupuestario, mi primera impresión es que se debería conceder potestad
al estado miembro para limitar el volumen de superficie elegible. Del mismo
modo, perjudicaría no tener en cuenta los derechos históricos a favor de una
tasa plana que afectaría además en mayor medida a los sectores ganaderos sin base
territorial, para lo cual habría que conservar los derechos especiales
adquiridos por los mismos.
En
cuanto al “pago verde”, destinar al citado pago el 30% del total de ayudas
directas, constituye un importe excesivo, sobre todo, considerando que los productores
ya están obligados a respetar una normativa en materia de medio ambiente lo
suficientemente rígida, como por ejemplo aquellas explotaciones calificadas
como red natura 2000, la agricultura ecológica, el arroz o cultivos permanentes
que en si mismos, ya incluyen el concepto “verde” por definición. En cuanto a
los sectores concretos, se debería mantener el derecho de plantación de viñedos
y prorrogar las cuotas de azúcar, leche, y revisar los precios de referencia
del aceite de oliva.
Como última
reflexión cabe reseñar el momento clave en el que nos encontramos, donde el éxito
de la consolidación de posturas puede garantizar el abastecimiento y la
incorporación de nuevos profesionales.
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